Se trata de una robusta y hermética torre trapezoidal, cuyo cuerpo se injerta casi un metro en los recintos interiores de ambas iglesias, la baja y la alta, a modo de contrafuerte para soportar la fachada o muro oeste que comparten ambos edificios.
Está cruzada de norte a sur por un tunel que permite el paso de unas escaleras que llegan a la puerta del claustro que accede a la catedral.
Ya dentro de la iglesia alta, en el muro oeste, se ingresa directamente a la torre por una puerta pequeña rematada por un arco conopial. Hasta el siglo XVII hizo las veces de sacristía. Actualmente, está destinado a sede del centro de interpretación de la historia de la ciudad, con una exposición permanente.